Ahora que Disney está poniendo patas arriba los cómics Marvel para encajarles en el exiguo lore de un puñado de películas para todos los públicos, es un buen momento para echar un vistazo al origen de todo: los Cuatro Fantásticos ¿Y porqué en este blog? Porque no se puede entender a los 4F sin el pulp.
The Fantastic Four #1 (Nov. 1961). Lápices de Jack Kirby. |
Según se cuenta (no es un dato confirmado oficialmente), la Primera Familia es fruto de un regalo envenenado de los jefazos de Marvel al entonces editor Stan Lee (oremos). La cosa, al parecer, fue algo así: “Oye, Lieber, estos de National Periodical Publications (posteriormente DC) se nos están comiendo por los pies, invéntate algo para competir con la JSA”. Algo que no debió hacerle demasiada gracia a “The Man”, puesto que no le gustaba nada la fórmula narrativa de aquellas historias. Así que puso en marcha ese cerebro extraterrestre que tiene y parió (con fecha editorial de noviembre del 61) a un grupo de gente con superpoderes, sí, pero que no eran meros disfraces de colores chillones, sino personas reales que se movía en un mundo real; nada de Gotham o Metrópolis: sus personajes vivían en Nueva York, y lejos de ocultar sus identidades bajo una máscara, eran personalidades públicas.
Y no sólo eso diferencia a los personajes de Lee de los superhéroes de la futura DC, también las historias: los 4F no se dedican a detener delincuentes, no son “vigilantes” (en cierto sentido tal vez sólo Spiderman encaja en ese concepto de “héroe guardián”, y en mi opinión es más cosa de Steve Ditko que del propio Stan Lee). De entrada, nos encontramos con que el líder del grupo, Reed Richards (¡¡¡santas aliteraciones, Batman!!!) lejos de ser un atleta profesional o un hábil combatiente, es un científico, una de las mentes más brillantes del planeta; su mujer Sue Storm (antes de poder genera campos de fuerza) tan sólo podía volverse invisible y el músculo del grupo, formado por el dúo cómico de La Cosa (el piloto Ben Grimm) y La Antorcha Humana (el eterno adolescente fiestero Johnny Storm) se preocupaban más de su aspecto o de joderse la vida el uno al otro. Es en este punto donde convergen el cómic de superhéroes y el pulp, ya que se podría decir que los 4F son protagonistas con poderes de una novela de Julio Verne, o de algún folletín sci-fi de la época. Sus primeras aventuras no consisten en desbaratar el robo de un banco o liberar a los rehenes de un secuestro, si no en viajar a una civilización que existe en una mota de polvo y ponerla a salvo o explorar un ignoto laberinto de galerías subterráneas habitado por criaturas ciegas y prehumanas. Es más adelante cuando empiezan a preocuparse de defender a la Humanidad de la poco amistosa visita de Galactus, pero incluso esas historias tienen un enfoque más cercano a la sci-fi de revista barata que al consabido “toma hostia fina” de los superhéroes con leotardos. Esta influencia de la sci-fi está presente en toda la obra de Lee, en la que la mayoría de sus héroes o bien son científicos, o bien han obtenido sus poderes “por culpa” de la ciencia.
En la actualidad, y por mucho que le pese al devorador de mundos en que se ha convertido Disney, los 4F son un icono de la cultura pop. Y lo son incluso dentro de su propia ficción: el merchandising de los 4F, a parte de las patentes de Richards, es una de las principales fuentes de ingresos de la Primera Familia, jugando así al cómic, al producto de consumo popular, dentro del cómic. La gente que puebla esa Nueva York de los 4F lleva camisetas de los 4F, lee cómics de los 4F. Es una manera extraña pero efectiva de romper la “cuarta pared” de la página, el personaje no habla al lector, sino que el universo entero de sci-fi de los 4F le acoge como un fan más, es un “tu podrías estar aquí” para el público, el “make mine Marvel” trasladado del correo del lector, a las páginas de una de las craciones más grandiosas del genio que es Stan Lee.
Los 4F dándose de morrros con Jack Kirby, en una viñeta de Wieringo. |
(English Version, sorry for all the mistakes)
Now that Disney is putting upside down
the Marvel comics to fit them in the meager lore of a handful of
films for all ages, it is a good time to take a look at the origin of
everything: the Fantastic Four. And why in this blog? Because you can
not understand the 4F without pulp.
It is said (is not a fact officially
confirmed), that the First Family is the fruit of a poisoned gift
given by the bosses of Marvel to the editor Stan Lee. The thing,
apparently, was something like, "Hey, Lieber, these guys
National Periodical Publications (later DC) are eating our food,
create something to compete with the JSA." He did not like too
much the DC way of making comics, so he launched (with publishing
date November 61) a group of people with superpowers, yes, but they
were not mere gaudy costumes, but real people who moved in a world
real; none of Gotham or Metropolis: those characters live in New
York, and away to hide their identities behind a mask, were public
figures.
The 4F are not dedicated to stop
criminals, they are not "vigilantes" (in a sense perhaps
only Spiderman fit that concept of " guardian hero "and in
my opinion is more a Steve Ditko's idea). We find that the group's
leader, Reed Richards (holy alliteration, Batman!!!) far from being a
professional athlete or a skilled fighter, is a scientist, one of the
brightest minds on the planet; his wife Sue Storm (before it can
generate force fields) could only become invisible, and the muscle
group, formed by the comedy duo of The Thing (the pilot Ben Grimm)
and Human Torch (Johnny “eternal adolescent partying” Storm) they
are more concerned about their appearance or worried annoying each
other. It is at this point that converge superhero comics and pulp,
as you might say that 4F are players with powers of a novel by Jules
Verne, or some sci-fi serials. His early adventures consist not
thwart a bank robbery or free the hostages of a kidnapping, if not
traveling to a civilization that exists in a speck of dust and make
it safe or explore an unknown labyrinth of underground tunnels
inhabited by creatures blind and prehuman. It's later when they begin
to worry about defending humanity from the unfriendly visit of
Galactus, but even those stories have a closer approach to the sci-fi
magazine that the usual cheap "punch in the face" of
superheroes in tights. This influence of the sci-fi is present in all
the work of Lee, in which most of his heroes are either scientists or
have obtained their powers "because" of science.
Currently, and despite much the
devourer of worlds in which Disney has become the 4F are an icon of
pop culture. And they are even within his own fiction: the
merchandising of 4F is one of the main sources of income for the
First Family, and playing the comic, the popular consumer product
within the comic. The people who populate that New York wears 4F
t-shirts, read 4F comics. It is a strange but effective way to break
the "fourth wall" of the page, the character speaks to the
reader, but the entire universe of sci-fi of 4F welcomes you as a fan
more, is a "you could be here "for the public, the"
Make Mine Marvel "moved the mail reader to the pages of one of
the greatest creationes by the genius that is Stan Lee.
Jae Tanaka
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