En The O.C.C.U.L.T. Herald tenemos la intención de hacer un hueco no sólo al Pulp y a la fantasía, temas que han monopolizado casi todas las entradas desde su inicio, sino también a todas esas narrativas que, por una razón u otra se ha considerado marginales, o han sido concebidas como tal, todos aquellos subgéneros en los que ese "sub" tiene el doble significado de estar supeditados a un género mayor y de estar por debajo de lo que se considera "una calidad aceptable". Los parias de la narrativa, ¡los desheredados de la cultura! (¡Barbilla levantada, mano en el pecho, orgullo en los corazones, mis Morlocks!)
Tamara Dobson, nuff said. |
Hoy pues, hace su entrada triunfal en esta bitácora (como dice mi compañero Edu, que es un pedantorro y un relamido) el exploitation, ese subgénero que se suele atribuir a negratas de cuerpos esculturales como el macizorro Shaft o la neumática Cleopatra Jones (¡ay, Tamara Dobson de mis amores, tu afro sólo es superado en magnificencia por tus acampanados pantalones!) pero que extiende sus tentáculos hacia casi cualquier temática imaginable, siempre que se le pueda sacar chicha: desde el blaxploitation antes citado, pasando por el electrizante bruceploitation y acabando en el bizarro nunsploitation (¿el hábito de monja pone? El hábito de monja pone).
Cuando se habla de exploitation se suele hacer para referirse a películas, pero aunque su origen está directamente enraizado en la literatura Pulp, a mi parecer es en el cine donde más brilla (por el sudor, el aceite de motor y la sangruza). No quiero resultar cansino liándome a explicar en profundidad que es cine exploitation: baste con que es cualquier peli hecha con dos duros que busca el impacto, la hipérbole como digo siempre, apoyándose en temas moralmente transgresores o censurables como la sexualidad, las drogas o la violencia. En mi opinión, cabe añadir que son pelis que se aprovechan (explotan) el éxito de otras de mayor calidad. Por ejemplo, la saga de Harry el Sucio es exploitation en cuanto a su temática, pero tiene una factura mucho más fina (bueno, la tercera es un poco así) que otras cintas de "polis chungos" que siguieron su estela. Estas se podría decir que son exploitation por partida doble, pues tratan temas exploitation y se suben al carro de otra peli. Pero como digo, esta es mi teoría. Para resumir, y pecando de simplista: si hay tiros y tetas y se ve el cartón piedra de los decorados, es exploitation. (Si a alguien le interesa profundizar, los artículos relacionados en Wikipedia están muy chulos)
"¡Foy un fombi!" |
Todo esto viene a cuento de la película que quiero tratar: Nueva York bajo el Terror de los Zombies AKA Zombi 2 AKA Zombie Flesh Eaters AKA La del tiburón. El baile de títulos (exceptuando el último, que es coña, claro) no es algo dado por la arbitrariedad que tienen los países al renombrar las películas, sino por la ley de copyright italiana de la época (imagino que ya no estará vigente) que permitía que una obra pudiese ser distribuida como secuela de una anterior aunque los responsables (ni los derechos) de la primera no estuvieran implicados en su producción. Así pues, en 1979 se estrenó en Italia bajo el título de Zombi 2, subiéndose al carro de Dawn of the Dead, comercializada allí como Zombi a secas. La verdad es que de secuela de la obra de Romero tiene sólo el título, porque ni comparte los personajes ni toma como punto de partida la epopeya del centro comercial del maestro de los zombis. Zombi 2 (me referiré así a la peli por que es su título original, y para abreviar el larguísimo y terriblemente engañoso título castellano) arranca, si, en Nueva York, pero tras un planteamiento de unos veinte minutos nos vamos con los protas a una isla tropical donde transcurre toda la acción. ¿O acaso os creíais que una producción italiana de Serie B tenía presupuesto para rodar hora y media en la gran manzana, inocentes? Eso si, el trailer original arranca con una panorámica de Liberty Island y cierra con una horda de zombis recorriendo el Puente de Brooklyn (ojo al detalle de que se aprecia tráfico normal, pues no les dieron permiso para cerrar todo el puente, sólo para rodar algunos planos de pellejudos deambulando por la pasarela superior). Si bien es verdad que casi todo el trailer muestra escenas de la isla, puede dar le impresión de que la película tiene como escenario Nueva York. ¿Reclamo engañoso? Desde luego, pero a mi me parece un punto más a favor de esta delicia que se ha ganado a pulso la etiqueta de "película de culto", cuyo responsable no es otro que Lucio Fulci, que hizo aquí su primera incursión en el cine de terror cutre y plantó la bandera en todo lo alto, demostrando un gusto exquisito para mostrar con una crudeza casi documental (algo que no hacía Romero) escenas extremadamente gore y refinadamente crueles que le valieron el calificativo de video nasty en el Reino Unido, algo así como el "oig, que cosa más horrenda" de los guardianes de la moral. Viniendo del campo del suspense, Fulci es capaz de crear tensión con cuatro actores, quince o veinte extras maquillados malamente y unos pocos escenarios, aunque el punto álgido de la cinta es la desopilante (palabra que me dijo una argentina y que no se muy bien lo que significa pero pienso usar siempre que pueda) lucha subacuática del zombi contra el tiburón. Seguid el enlace para disfrutar de uno de los momentos más gloriosamente bizarros de la historia del cine.
Zombi 2 tiene todo lo que se le puede pedir a una película explotation y es de obligado visionado para todos los que disfrutamos con esto.
Zombi 2 es, en definitiva, la mejor película de mierda jamás rodada.
"Come at me, bro" |
Jae Tanaka.
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